Hiroshi Ishiguro: El hombre que creó una copia de sí mismo
El desarrollo de robots con apariencia humana ha dado resultados impresionantes en los últimos años, pero sigue suscitando numerosas preguntas. Investigadores de robótica, como Hiroshi Ishiguro, están trabajando para integrar los robots más profundamente en nuestra vida cotidiana, ayudando en diversas tareas como el cuidado de ancianos, la monitorización de pacientes o incluso la realización de tareas del hogar.

Sin embargo, para que la sociedad acepte a los robots en estos roles, no basta con que sean eficientes; su comportamiento también debe volverse más humano. Ishiguro y sus colegas están investigando los factores que hacen que un robot sea verdaderamente "humano" y cómo lograr el efecto conocido en la cultura japonesa como "sonzaikan", o una sensación de presencia humana.
La evolución de los robots con apariencia humana
La investigación en robótica se ha centrado durante décadas en hacer que los robots se parezcan lo más posible a los humanos. Varios ejemplos significativos de estos desarrollos se remontan a la década de 2000, como Wabot de la Universidad de Waseda, Cog del MIT, Robonaut de la NASA y, quizás el más famoso, Asimo de Honda. Hoy en día, existen varios desarrollos activos notables en curso, como Digit (Agility Robotics), Atlas (Boston Dynamics), Figure 01 (Figure AI), Phoenix (Sanctuary AI), Optimus (Tesla) y Walker S (UBTECH Robotics).
Aunque estos robots son claramente máquinas debido a su apariencia mecánica, sin embargo, llaman la atención sobre cómo los robots del futuro podrían convertirse en una parte integral de la vida cotidiana.
Como pionero en robótica, Hiroshi Ishiguro concede especial importancia a la investigación de la apariencia humana de los robots. El término "Geminoid", que él acuñó, se refiere a un robot que funciona como una copia de una persona específica. Geminoid HI-1, el doble mecánico de Ishiguro, fue diseñado para la imitación precisa de la apariencia y el comportamiento humanos.
La sensación de presencia humana: Sonzaikan
En la cultura japonesa, el término "sonzaikan" se refiere a la sensación de presencia humana, que Ishiguro considera crucial para que los robots se integren realmente en las comunidades humanas. El cerebro humano está optimizado naturalmente para la interacción humano-humano, lo que supone un desafío importante crear robots con los que las personas puedan conectar de la misma manera que lo hacen con otro ser humano. Ishiguro y su equipo colaboran con científicos cognitivos para investigar cómo se puede evocar esta sensación incluso con un robot.
El fenómeno del "valle inquietante"
A medida que los robots se vuelven cada vez más humanos, surge el fenómeno conocido como el "valle inquietante", acuñado por Masahiro Mori. Este término describe la sensación inquietante que se produce cuando un robot se acerca mucho a parecer humano, pero no logra este efecto por completo debido a algún defecto o deficiencia menor. En tales casos, el robot parece más espeluznante que amigable. Aunque muchos se muestran escépticos sobre la importancia de este fenómeno, Ishiguro cree que las personas pueden adaptarse a la presencia de robots humanoides con el tiempo, especialmente a medida que pasan más tiempo con ellos.
Los roles sociales de los robots
En el futuro, los robots serán adecuados no solo para la automatización industrial o la ejecución de trabajos, sino potencialmente incluso para sustituir la presencia humana. Ishiguro cree que el rol social de los robots será cada vez más importante con el tiempo, y podrían aplicarse en situaciones en las que la presencia humana se consideraba esencial anteriormente. Las aplicaciones potenciales de los robots son casi ilimitadas, pero la pregunta más importante es cómo diseñarlos para que sean genuinamente útiles y aceptables en la vida cotidiana.
Teleoperación: Los efectos del control remoto
La teleoperación, o el control remoto de un robot, ha adquirido una importancia particular en el trabajo de Ishiguro. Los androides controlados remotamente proporcionan experiencias al operador que incluso pueden manifestarse a nivel sensorial físico. Este fenómeno sugiere que el cerebro humano se adapta fácilmente a percibir el cuerpo de un robot como propio, especialmente cuando sus movimientos están sincronizados con precisión con el cuerpo real del operador.
Los robots del futuro: ¿Más humanos o más como máquinas?
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la robótica es encontrar el equilibrio entre la apariencia humana y la naturaleza funcional de máquina. Aunque muchos creen que los robots no necesitan necesariamente parecer humanos para ser eficaces, Ishiguro y su equipo siguen creyendo que los robots humanoides proporcionan una interfaz más natural para la interacción con las personas. A medida que avanza la tecnología, la apariencia y el comportamiento de los robots pueden acercarse a lo que ha predicho la ciencia ficción.