El genio estratégico de la naturaleza: ¿Por qué los ciervos no luchan a muerte?
En el bosque otoñal, dos enormes ciervos rojos machos se enfrentan. Entrelazan sus cornamentas, exhiben su fuerza y braman con estruendo. La lucha es espectacular y brutal, pero en la mayoría de los casos, el animal más débil acaba rindiéndose y se retira, dejando que el vencedor se gane el favor de las hembras. Es raro que estas contiendas terminen en muerte. Pero, ¿por qué? Esto no parece encajar con la imagen clásica de la naturaleza como una "lucha sangrienta a vida o muerte" por la supervivencia. Si el objetivo final es transmitir los propios genes, ¿por qué el perdedor no intenta ganar a toda costa, incluso arriesgando su vida?