El campeón inesperado
En el mundo de la ciencia, a veces las ideas más profundas provienen de los experimentos más sencillos. A principios de la década de 1980, en los albores de la era de la computación personal, un politólogo llamado Robert Axelrod creó una arena digital para enfrentar programas informáticos —cada uno con su propia "personalidad"— en un clásico juego de estrategia. Los resultados no solo fueron sorprendentes, sino también revolucionarios, ofreciendo una nueva y poderosa lente a través de la cual ver la evolución de la propia cooperación.